Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. Recibid el Espíritu Santo
Lectura del santo evangelio según san Juan 20,19-23
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
– Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
– Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
– Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
SALMOA 103, 1ab eta 24. 29-30. 31 eta 34
R/. Bialdu egizu, Jauna, zeure arnasea, eta barrituazo lur-azala.
Ene arima, goratu egizu Jauna!
Guztiz handi zaitut, Jauna, ene Jainkoa!
Bai ugari dirala, Jauna, Zuk eginak,
zuhurtasunez eginak zeharo,
lurra zure sorkariz betea dago! R/.
Aurpegia gordeten badozu, ikara dira,
arnasea kentzen badeutsezu, hilten,
euren hautsetara dira bihurtzen.
Zure arnasea bialtzen badozu,
izatea emoten deutsezu;
lur-azala barriazoten dozu. R/.
Izan bedi Jaunaren ospea sekuletan,
poztu bedi Jauna, Berak eginetan.
Atsegin bekio nire olerkia,
nire poza da Jainkoa. R/.
REFLEXIÓN
Para muchos católicos el Espíritu Santo es un gran desconocido. Sin embargo, su presencia y actuación resultan vital. Como afirmó el Obispo ortodoxo Ignacio IV Hazim de Antioquia en la Asamblea Ecuménica de Uppsala: “Sin el Espíritu Santo, Dios está lejos; Cristo pertenece al pasado; el Evangelio es letra muerta; la Iglesia una simple organización; la autoridad dominación; la misión mera propaganda; el culto una evocación; y el actuar cristiano una moral de esclavos”.
Por medio del Sacramento del Bautismo y, más singularmente, del de la Confirmación, somos habitados por el Espíritu Santo. Él se ha unido a nuestro espíritu, y nos va conduciendo a la verdad plena. ¿Cómo lo hace?
- Él nos recuerda todo lo que Jesús ha dicho, y nos lo hace entender.
- Conocemos el Evangelio… pero ¿cómo vivirlo en las circunstancias concretas de nuestra vida? En esa labor nos ayuda el Espíritu Santo.
- El Espíritu Santo es nuestro defensor. Nos defiende de nosotros mismos: de nuestras dudas y miedos. También, del mal exterior que trata de seducirnos, y de colarse en nuestro interior: el ambiente de indiferencia religiosa, escepticismo, materialismo, y consumismo que hoy nos envuelve.
- Y es nuestro consolador. Nos consuela en los momentos difíciles. Impide que nos sintamos huérfanos, nos anima en medio de la tristeza y el desencanto,… Y nos ofrece generosamente sus frutos: amor, alegría, paciencia, bondad, dulzura y dominio de uno mismo.
Llegados a este punto, creo que no está de más que cada uno nos preguntemos, a lo largo de estos últimos meses, ¿en qué hechos de la vida personal, social y eclesial he podido captar la acción del Espíritu?
Me atrevo a señalar tres signos de la presencia del Espíritu en nuestra vida personal, social y eclesial:
- Somos testigos de como muchos aitites y amamas ayudan a los hijos en la crianza de los nietos. El Espíritu Santo no sólo les asiste; sino que –además- les mantiene abiertos, serviciales y generosos.
- Las acciones que está llevando a cabo el ejército de Israel en los territorios de Palestina están generando una ola de manifestaciones y protestas pro-palestinas en todo el mundo. El Espíritu Santo toca el corazón de muchas personas, y las sensibiliza ante unas acciones que que resultan tan aborrecibles cuando las organiza y realizan los terroristas como cuando lo hace el gobierno de un Estado de derecho.
- Son muchas las personas que de forma callada, gratuita y servicial realizan muchas tareas en la Iglesia. Desde abrir el templo y tener todo preparado para la celebración de la eucaristía hasta llevar las cuentas de la Parroquia pasando por ser catequista o animar las Celebraciones de la Palabra. En nuestra Unidad Pastoral, 10 personas adultas se han puesto en marcha el Proyecto de apoyo socio-escolar de Cáritas, POLIKI, y desde Enero, dos días a la semana, estan atendiendo a 6 niños/as. Y al Proyecto de Acompañamiento a Personas Mayores se han sumado 4 nuevas personas voluntarias. A lo largo de este curso hemos ido dado pasos en la constitución de la future Unidad Pastoral de Uribe-Kosta. Que quedará conformada por las Parroquias de Armintza, Lemoniz, Gorliz, Plencia, Urduliz, Barrika y Sopelana. El Espíritu Santo en el seno de nuestras Parroquias abre el corazón de las personas, y las dispone para que pongan su persona y su tiempo al servicio de otras, y –en medio de la situación de debilidad que atravesamos como Iglesia- nos ayuda a unir voluntades y esfuerzos para poder anunciar el Evangelio en esta zona de Bizkaia.
Ven, Espíritu Santo, y sigue animando nuestra vida. Ayúdanos, también, a reconocer tu acción en las personas y hechos que se producen a nuestro alrededor.
Por MIkel Martínez
Pazko-egunetik, Jesus berbiztu zan egunetik berrogeta hamar egunera ospatzen da Mendekoste. Mendekoste Egunez, Eleizaren ibilbidea hasten da, Jesusen atzetik jarraitzeko konpromisoa hartzen daben anai-arreben alkarte lez. Apostoluak ateak itxita dagoz euretako baten etxean, Jerusalemen. Judeguen bildurrez egozan eta seguruenik oraindik ez eben sinesten Pazkoan gertatu zanetik ezer. Normala da bildur-ikaraz, galduta, zalantzaz beteta…, egotea. Baina nahaste horren erdian, gauza bat oso ondo egin eben eta Jesusen aholkua bete eben, hau da, alkarregaz egon ziran, banandu barik; danak egozan Jerusalemen. Buruan bueltaka ebilezan Maisuak gertatuko ziran gauzez esandakoak… Espirituaren etorrera Pazko-misterioaren burutzea da, Jesusek agindutakoaren gauzatzea da. Gaur amaitzen da Pazkoaldia, azken asteotako ospakizunetan erdi-erdian izan dogun Pazko-zuzia, lekuz aldatuko da. Espirituaren etorreraz, Jesusek bete egin dau emondako hitza eta aldi barriari hasiera emoten jako Jauna aintzaz beteta etorri arte.
En bizkeliza.org
OTOITZA
Secuencia de Pentecostés
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don en tus dones espléndido.
Luz que penetras las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo.
Tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego.
Gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del alma
si tú le faltas por dentro.
Mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo.
Lava las manchas. Infunde
calor de vida en el hielo.
Doma el espíritu indómito.
Guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito.
Salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
