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Arte y fe · Sopela
SAN PEDRO APÓSTOL
En el centro neurálgico de Sopela se alza la iglesia parroquial de San Pedro. Te damos la bienvenida y te invitamos a visitar este templo levantado por el pueblo de Sopela, de extraordinaria fe y gran devoción al Apóstol San Pedro, patrón de la villa y de las gentes del mar.
Se tiene conocimiento de la existencia de una primitiva iglesia dedicada a San Pedro en el siglo XII ubicada en el lugar llamado Jauregizar, siendo trasladada a inicios del siglo XIV. El templo actual es de estilo renacentista, erigido por Gonzalo de Sopelana en torno al año 1520 -siglo XVI-, sobre los restos del citado templo. En los siglos sucesivos sufrió distintas reformas en las que sobresale el campanario de estilo barroco, formado por la antaño casa-torre de Sopelana.
“Sean sobrios y estén siempre alerta, porque su enemigo, el demonio, ronda como un león rugiente, buscando a quién devorar. Resístanle firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos dispersos por el mundo padecen los mismos sufrimientos que ustedes.”
I Pedro 5, 8-9
Después de estos datos históricos y antes de adentrarnos en el templo, puedes advertir sobre la portada principal de estilo gótico el escudo compuesto por las llaves de San Pedro y rodeadas por cuatro corazones. Es el escudo de armas del linaje de los Sopelana, fundadores de la iglesia consagrada a su patrón. Crucemos dicho umbral y accedamos al recinto sacro. Se trata de un templo de una nave, dos capillas laterales, muros de piedra de sillería y bóvedas encaladas. Suspendido de una de dichas bóvedas vemos un barco votivo, muestra la tradición marinera de Sopela y la devoción de sus gentes. Los exvotos marineros eran muy frecuentes como muestra de gratitud por favores concedidos y algunos de ellos se siguen conservando como recuerdo de tiempos pasados.
En los muros laterales están distribuidos unas sencillas cruces que señalan las XIV estaciones del VIA CRUCIS. En numerosas ocasiones parece que el acompañamiento a Jesús en su Pasión y Muerte termina en el sepulcro, olvidando que al tercer día Cristo resucitó y está vivo entre nosotros hasta el fin del mundo. VIA LUCIS
“Además, el fin de todas las cosas está cercano. Así pues, sed sensatos y sobrios para la oración. Ante todo, mantened un amor intenso entre vosotros, porque el amor tapa multitud de pecados”
I Pedro 4, 7-8
Llegamos a la cabecera del templo. A los pies del altar se encuentra una discreta pila bautismal donde se recibe el Bautismo. El sacramento del Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, pórtico de la vida en el Espíritu y puerta de acceso al resto de sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegando a ser miembros de Cristo e incorporados a la Iglesia.
En la parte derecha del ábside se encuentra una original talla de la Inmaculada Concepción cubierta por un delicado manto azulado con adornos dorados. El azul es el color de María, símbolo de armonía, confianza, realeza y santidad. A la izquierda, la efigie del apóstol San Pedro; revestido como pontífice, coronado con la tiara papal y sentado en su cátedra, parece bendecirnos con su diestra; mientras en su mano izquierda sujeta un libro. Está acompañado por la cruz papal o pontificial, formada por una línea vertical principal y atravesada por tres líneas horizontales de diversos tamaños. Ambas tallas, flanquean al crucifijo que preside el templo. En todo el orbe católico es muy común la veneración a “Cristo Crucificado”, el pueblo siempre ha sabido que el anuncio cristiano está anclado en una cruz, que Jesús nos liberó del pecado y de la muerte muriendo en la cruz, que la salvación es un regalo de la sangre de Cristo, y que todo es don gratuito de Dios y de su amor por nosotros.
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna”
San Juan 3, 16
En la capilla derecha vemos la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Cristo nos muestra su corazón ardiente de Amor por nosotros que quiere ser invitación a entrar en el gran misterio de su infinito amor.
Vamos finalizando nuestra visita dirigiéndonos a la capilla del sagrario situado a la izquierda. En ella se encuentra el tabernáculo donde parece pasar desapercibido el mayor tesoro que podemos encontrar en el templo, la Presencia Eucarística del Señor en el Sagrario. Cristo vivo nos ha salvado y redimido gratuitamente, nos ha regalado la vida eterna y está siempre a nuestro lado.
No nos queda mucho más que contarte. Esperamos que tu visita haya sido grata. Antes de abandonar el templo para seguir tu camino, te invitamos a tener un rato de recogimiento y oración frente a su presencia real en el Sagrario. Ponemos a tu disposición algunas oraciones que quizás te ayuden en estos momentos de interiorización.

“Jesús está vivo en medio de nosotros, Él es el mismo, ayer, hoy y siempre.”
ERMITAS
- En el mismo municipio, en el barrio de Larrabasterra, se encuentra la ermita del Carmen, edificación moderna. Su festividad se celebra el 16 de julio.
- Y en la carretera hacia Plentzia, con un estilo más rústico, se encuentra la ermita de San Andrés, cuya festividad se celebra el 30 de noviembre.
A SAN PEDRO
Príncipe de los Apóstoles y de la Iglesia Católica: por aquella obediencia con que a la primera voz dejaste cuanto tenías en el mundo para seguir a Cristo; por aquella fe con que creíste y confesaste por Hijo de Dios a tu Maestro; por aquella humildad con que, viéndole a tus pies, rehusaste que te los lavase; por aquellas lágrimas con que amargamente lloraste tus negaciones; por aquella vigilancia con que cuidaste como pastor universal del rebaño que se te había encomendado; finalmente, por aquella imponderable fortaleza con que diste por tu Redentor la vida crucificado, te suplico, Apóstol glorioso, por tu actual sucesor el Vicario de Cristo. Alcánzame que imite del Señor esas virtudes tuyas con la victoria de todas mis pasiones; y concédeme especialmente el don del arrepentimiento para que, purificado de toda culpa, goce de tu amable compañía en la gloria. Amén.
AL ESPÍRITU SANTO
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría: dame mirada y oído interior para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad: concédeme llegar al conocimiento de la verdad en toda su plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin. Amén.
VISITA VIRTUAL
HAZ TU APORTACIÓN
“Ahora permanecen estas tres cosas; la fe, la esperanza y la caridad. Pero la más excelente de ellas es la CARIDAD.”
(1 Cor. 13, 13)