La vocación es una llamada de Dios, que irrumpe la historia y te propone iniciar un itinerario de formación en vista a alcanzar la caridad pastoral para servicio de las comunidades. Se trata de un proceso formativo y de discernimiento, en el cual, el candidato recibe instrumentos que luego podrá aplicar en su ministerio.
Actualmente el seminario de Bilbao cuenta con 1 diacono, 6 seminaristas y 3 jóvenes en discernimiento vocacional repartidos entre las diversas etapas formativas. En la casa vivimos 2 seminaristas con el rector y un formador.
El resto de los miembros del Seminario desarrollan su vida en las parroquias a las que han sido destinados para que ejerciten la práctica de su futuro ministerio.
A la cabeza de nuestro formación se encuentra el Señor Obispo, el Rector, un Formador y un Director Espiritual.
En este día, el evangelio, nos propone la figura de María de Nazaret. Una persona que no sólo cuenta con Dios; sino que se dispone para ser instrumento del amor misericordioso de Dios con su persona y su vida. Pues el centro de esta fiesta de la Inmaculada Concepción es el Amor Misericordioso de Dios. Y ese Amor Misericordioso de Dios se puede hacer visible y palpable gracias a la disponibilidad que muestra María.
Hay unos versos del poeta uruguayo Mario Benedettique dicen: “Tu sabes/ que puedes contar conmigo/ no hasta dos/ ni hasta cinco/ ni hasta diez/ sino contar conmigo”. Esto es lo que hace María, dando su Si a Dios. María pone su persona y su vida en las manos de Dios, y se deja hacer, modelar por Él.
En estos momentos en nuestro Seminario hay 7 seminaristas. 3 de ellos, cuando entraron en el Seminario tenían su vida ya encarrilada. Uno era ingeniero, y trabajaba como tal. Otro era psicólogo, y estaba también trabajando. Y otro había estudiado periodismo, y era profesor en un colegio. Pero como decía antes: “Cuando nos dejamos alcanzar por Dios, nuestra vida, como le ocurre a María, se ve alterada en su rumbo, en su orientación. Incluso de vocación.
No obstante quiere, también, decir que 7 seminaristas es un número totalmente insuficiente para poder responder a las necesidades pastorales que se nos presentan. Más si pensamos que dentro de cinco años quedaremos tan sólo unos 60 curas para atender las 292 parroquias que hay en la Diócesis.
Ciertamente, en Bizkaia se nos presentan grandes desafíos como sociedad; pero también como Iglesia Católica. El cambio cultural de valores. Las nuevas generaciones tienen otro modo de vivir y de pensar. Quizás esta es la mayor revolución: el modo de vivir y de trabajar modela nuestra manera de pensar. Es un modo de vida y de trabajar atravesado por el concepto de lo provisional. Mientras funcione, mientras valga, mientras vaya bien, mientras me sirva, mientras pueda… Esto hoy se aplica ya a todo: al trabajo, a la economía, al consumo, al matrimonio,… Y en esta tesitura resulta muy difícil no sólo hacer planes de futuro; sino encontrar personas convencidas de que hay valores muy importantes… y que estén dispuestas a vivirlos.
